Protégete contra la Enfermedad Pélvica Inflamatoria (EPI)
La enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) es una enfermedad infecciosa que afecta a la parte alta del aparato reproductor femenino interno (útero, ovarios y trompas de Falopio). Aparece por la ascensión de bacterias patógenas desde la vagina y el cuello uterino.
Aunque la EPI puede ser peligrosa, si se detecta temprano es curable. Pero si no se detecta ni se trata, sus efectos a largo plazo pueden ser devastadores. Las infecciones por enfermedad pélvica inflamatoria pueden causar la cicatrización de los órganos pélvicos, lo que puede ocasionar: dolor pélvico crónico, embarazo ectópico (hemorragia causada por embarazo ectópico es la segunda causa de muerte entre mujeres en los EE.UU.), infertilidad (en 1 de cada 5 mujeres que contra EPI) y/o absceso tubo-ovárico.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), cada año más de un millón de mujeres son diagnosticadas con EPI, en su mayoría adolescentes. Un número posiblemente mayor de mujeres tiene EPI pero no lo saben. Cada año, más de 100 mil mujeres quedan infértiles a causa de la EPI. Cada año, más de 100 mujeres mueren a causa de la EPI o sus complicaciones. Las mujeres afroamericanas y de origen hispano son más propensas a contraer la EPI.
La mayoría de las veces, la enfermedad pélvica inflamatoria es causada por las bacterias de clamidia y gonorrea, que son infecciones de transmisión sexual (ITS). Tener relaciones sexuales sin protección con alguien que tiene una infección de transmisión sexual puede causar EPI.
Los factores de riesgo de contraer EPI son:
La prevención de la EPI consiste en mantener un estilo de vida sano, practicando relaciones sexuales seguras:
Los síntomas de la EPI son:
Una completa revisión médica pudiera diagnosticar la EPI. Los exámenes de detección de ITS (gonorrea y clamidia) y de infecciones como la tricomoniasis pueden ayudar a confirmar la sospecha. Si el diagnóstico no es claro, el médico puede recomendar un ultrasonido o, en casos más difíciles de diagnosticar, una laparoscopia.
Los antibióticos son el tratamiento más común. Es importarte seguir las instrucciones médicas y completar el curso de antibióticos. Se recomienda que la pareja sexual de la persona infectada se haga la prueba de detección y reciba tratamiento en caso necesario. En ciertos casos – si hay fiebre, náuseas, vómitos o si no hay mejora en unos días tras iniciar tratamiento – es posible que el médico recomiende una hospitalización para realizar más pruebas y para dar tratamiento intravenoso con antibióticos.
Tras terminar cualquiera que sea el tratamiento, es importante volver a hacerse la prueba para confirmar que no hay inflamación. Por ninguna causa falte a su cita médica tras finalizar el tratamiento.
Finalmente, recuerde que usted tiene el poder de prevenir ser infectada con EPI. Tome el control de su salud y utilice esta información para protegerse. Si tiene cualquier duda o pregunta, no dude en consultar con su médico.
La Dra. Raksha Joshi es doctora en jefe y directora médica de Monmouth Family Health Center, en Long Branch.
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