Según las estadísticas de salud de los Estados Unidos, la mitad de todos los embarazos anuales no son planeados, y la mitad de éstos terminan en aborto deliberado – con todos los efectos negativos físicos y psicológicos que esto acarrea para la mujer. Para prevenir estos efectos negativos, y también para mejorar los resultados del embarazo tanto en la madre como en el bebé, es imperativo que la mujer esté lo más saludable posible antes de quedar embarazada. La mujer que sabe cuándo quiere embarazarse puede planear y alcanzar la mejor salud posible antes de embarazarse y tomar las precauciones necesarias para no embarazarse por accidente.
El cuidado preconceptivo es una parte importante de la salud reproductiva general de la mujer. Es el cuidado comprensivo que ella necesita para estar lo más sana posible antes de embarazarse.
El objetivo del cuidado preconceptivo es optimizar los factores de salud que pudieran afectar a la madre y al feto, así como ayudar a la mujer a utilizar correctamente los métodos anticonceptivos para evitar un embarazo no planeado.
- Condiciones médicas. Por ejemplo, si una mujer tiene diabetes y sus niveles de azúcar son están bien controlados, corre el riesgo de tener un aborto espontáneo, o el feto corre el riesgo de nacer con problemas cardiacos o con otros defectos de nacimiento. Por eso es importante que la mujer consulte a su médico y controle su diabetes antes de embarazarse. O si una mujer sufre de alta presión arterial y toma medicamento para controlarla, el feto podría crecer con malformaciones, por lo que es importante que la mujer planee su embarazo y, si es necesario, cambie su medicamento para evitar cualquier problema.
- Estilos de vida de alto riesgo. Fumar, beber alcohol o consumir drogas ilícitas son factores que podrían afectar el embarazo. Se ha comprobado que fumar aumenta las probabilidades de sufrir un aborto espontáneo. Beber alcohol puede provocar el síndrome de alcoholismo fetal con múltiples malformaciones en el feto. El retraso mental causado por el consumo del alcohol durante los primeros meses de embarazo es permanente, pero es 100% evitable si la mujer planea su embarazo y deja de tomar antes de embarazarse.
- Historia familiar y riesgo genético. Ciertas condiciones y enfermedades son transmitidas genéticamente. Pero si los padres conocen sus riesgos, éstos podrían evitarse. Por ejemplo, si ambos son portadores del gen que causa la anemia falciforme, las probabilidades de que el bebé desarrolle esta enfermedad son de 1 en 4.
- Historial de vacunación. Si la mujer no ha recibido todas sus vacunases, tales como la vacuna triple vírica o “MMR” (contra el sarampión, paperas y rubeola), y se contagia de rubeola, es posible que el feto sufra algún efecto adverso como cataratas, entre otros posibles. La hepatitis B, la varicela y otras infecciones también se pueden transmitir al feto. Por eso es importante recibir todas las vacunas que el médico indique, tales como la de la influenza.
- Medicamentos y exposición a radiación. Cuando la mujer decida empezar a tratar de quedar embarazada, su médico debe revisar todos los medicamentos que toma. Se debe evitar un embarazo mientras tenga que someterse a pruebas de diagnóstico o terapias que incluyan radiación, especialmente en la pelvis.
- Exposición por ocupación y medio ambiente. Una mujer embarazada debe alejarse de cualquier ambiente donde pudiera estar expuesta a sustancias potencialmente dañinas, como por ejemplo, si trabaja en un consultorio médico donde el anestesiólogo utiliza gas de óxido de nitrógeno.
- Situaciones problemáticas. Antes de embarazarse la mujer debe resolver problemas como violencia doméstica o si recibe ayuda económica.
- Problemas de salud mental. La depresión durante el embarazo puede afectar negativamente, igual que si se toma medicamentos para su tratamiento. Si la mujer recibe tratamiento por algún problema de salud mental y quiere embarazarse, debe consultar a su médico para que éste revise los medicamentos y haga cambios si es necesario, para evitar posibles efectos negativos en el feto.
- Nutrición. Si la mujer sufre de anemia o malnutrición, corre el riesgo de tener restricción del crecimiento intrauterino (RCIU) y otras complicaciones, antes y durante el parto, como sangrado excesivo durante el alumbramiento. La deficiencia de acido fólico antes del embarazo está ligada con malformaciones congénitas del tubo neural, como espina bífida.
- Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Todas las ITS como sífilis, hepatitis C y B, clamidia, gonorrea, VIH y herpes, pueden afectar al feto durante los primeros meses de embarazo. Otras ITS pueden transmitirse al feto –a través de la placenta- durante el embarazo. Por eso es extremadamente importante que antes de embarazarse, la mujer se asegure estar libre de ITS o recibir tratamiento para la enfermedad.
- Embarazos previos. Es importante saber cómo evolucionaron los embarazos previos, si es el caso, especialmente si la mujer tuvo complicaciones médicas o genéticas que afectaron al feto. El médico debe revisar que los factores de riesgo se eliminen antes de empezar un nuevo embarazo.
Como ves, es muy importante planear un embarazo y evitar un embarazo accidental. No dudes en consultar a tu médico si tienes cualquier pregunta antes de quedar embarazada. Recuerda utilizar un método anticonceptivo para evitar un embarazo no planeado.
La Dra. Raksha Joshi es doctora en jefe y directora médica de Monmouth Family Health Center, en Long Branch.